En la navidad,
las dietas se acaban y,
se empieza a comer,
turrón, polvorón y mazapán.
Es la hora
de decorar el árbol,
donde los regalos,
se pondrán.
Y no tienen que faltar,
el belén,
con los pastores,
y el rey.
Por la mañana,
a abrir los regalos voy,
y también,
a ver la cara de mis primos
que lo hacen con gran emoción.
Salgo a la calle,
a mis regalos estrenar,
y seguro que alguno,
se romperá.
Voy a la montaña,
a mi amigo ver,
y a jugar con sus juegos,
y con los míos también.
Luego a la pista de hielo,
voy a patinar,
y me caigo,
diez veces o más.
Después con mis primos,
voy a jugar,
y conmigo,
se divertirán.
Ahora,
es tiempo,
de con la familia estar,
jugando a juegos de mesa,
y en la casa de la abuela,
a tomar un manjar.
Por último,
a la cama me voy,
y me pongo a pensar,
en el día estupendo,
que he pasado,
gracias a la Navidad.
Poema de David de la Cueva.
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